sábado, 23 de enero de 2016

El Imperio Carolingio

         Ludovíco Pío
Luis 1, también llamado el Piadoso y en latín Ludovico Pío. Fué el hijo y sucesor de Carlomagno, en su reinado el Imperio Carolingio comenzó un rápido decliv, alimentado por las disputas entre sus hijos, que se trocaron en abierta guerra civil.

Al frente del gobierno de Aquitania se le encomendó la defensa de la frontera suroeste del Imperio de su padre. Conquistó Barcelona a los musulmanes, e impuso autoridad sobre Pamplona y el País Vasco. 

Cómo emperador numerosas catástrofes marcaron el comienzo a su reinado, siendo una de ellas en especial el trato brutal que dispensó a su sobrino Bernardo.

Pretendió incorporar a sus hijos Lotario, Pipino y Luis en la administración y trató de establecer una división adecuada entre ellos bajo la supremacía de Lotario. Cuando intentó agregar a un cuarto, Carlos el Calvo, los hijos mayores se rebelaron y lucharon por obtener la supremacía. La muerte de Pipino en 838 no detuvo la lucha por el Imperio entre los tres hermanos restantes, que finalizaría con el Tratado de Verdún en 843.


Tras enterarse del fallecimiento de Carlomagno, Luis se trasladó a Aquisgrán; allí se coronó soberano de los francos. Finalizada la ceremonia, los nobles franceses le aclamaron al grito de: Vivat Imperator Ludovicus (¡Viva el Emperador Ludovico!).

Sus ministros más importantes fueron Bernardo de Septimania y Ebbon; a este último le concedió el Arzobispado de Reims, aunque era descendiente de un siervo. Asimismo, conservó a ciertos ministros de Carlos: Elisachar, abad de San Maximino (Tréveris), e Hildeboldo, arzobispo de Colonia. Avanzado su reinado sustituiría a Elisachar por Hildwin, otro abad.

Benito de Aniano, un visigodo de Septimania, fue el responsable de la reforma de la iglesia francesa en virtud de la cual los monasterios del reino se adhirieron a la Regla de San Benito — llamada así en honor a su creador, Benito de Nursia (480–550).

En 816, el Papa Esteban V —sucesor de León III— visitó Reims y coronó a Luis; de este modo aumentaba la influencia eclesiástica al reconocer su importancia en las coronaciones imperiales.


Ludovico enfermó tras el término de esta campaña. Consciente de su estado, el emperador ordenó su traslado desde su residencia de verano —ubicada en una isla del Rin— a su palacio de Ingelheim am Rhein. El 20 de junio de 840 falleció en presencia de su hermanastro Drogo y de numerosos obispos y eclesiásticos; Judith y Carlos no asistieron al óbito, ya que se encontraban en Poitiers. Tras la muerte del emperador estalló un nuevo conflicto sucesorio entre los hermanos, que no finalizaría hasta la firma del Tratado de Verdún (843), por el cual el Imperio quedó finalmente dividido en tres reinos: Francia Oriental, Francia Occidental y Francia Media. El conflicto en torno a Aquitania no se resolvió hasta la década de 860.

Ludovico Pío y su hermanastro Drogo de Metz fueron enterrados en la Basílica de Saint Pierre aux Nonnains (Metz).